Las golondrinas pasan el verano en lugares frescos. Íñigo Navarro.
- contacto40912
- 19 sept
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Galería Nueva Ciudad de México acoge de nueva cuenta a GALERIA CONTRAST con uno de los artistas más interesantes de este siglo: Íñigo Navarro. Del 17 de septiembre al 10 de octubre, la serie Las golondrinas pasan el verano en lugares frescos estará expuesta en Ciudad de México, exonerando en sus pinturas el verano, la infancia y temas múltiples que se ven atravesados por esta mancuerna tangible en términos visuales.
Desde la historia de cómo Navarro termina en la pintura, la paleta de colores, el compromiso con una pintura allegada a su tiempo, pero ligada a una historia, encuentro que la esperanza del arte, muchas veces, está en visitar el pasado, reconocer su trabajo, encontrar un hilo que lo una con el presente y que ese presente tenga nuevas promesas, nuevos enramados sin dejar que el hilo se suelte.
Es verdad que las bellas artes son a semejanza del tiempo que viven, pero también es verdad que, al ser un producto humano, no podemos sólo deshacernos de lo de antes, es decir, podemos hacerlo, pero no deberíamos, incluso si en el presente se busca ignorar aquello que se hizo en el pasado, los puentes de comunicación histórico culturales no deberían de dejar de existir. El artista comprende muy bien esta cuestión y presenta sus cuadros con un jugueteo propio de su época, tenemos acciones corporales muy elocuentes, salvajes, chistosas, todas cuentan alguna historia o nos complacen con la retención de instantes; Paz enunciaba en vida que la poesía es un instante que brinca de la realidad a la ficción y Navarro concede esta articulación en términos pictóricos, con sus hijos como modelos y las casas y sus tapices y la naturaleza como partícipe de la escena; todo lo conjunta con una paleta de colores propia de la tradición española, con alusiones constantes a la historia, al pensamiento filosófico y religioso del pasado, reconociendo así que el poder de sus pinturas está en la comprensión de la tradición que lo respalda, aunada a los hechos de su presente y un ojo conductor personal que le permite unirlo todo.
Su retórica pictórica en esta serie es un trabajo cuidado, analizado, no busca pretensiones, y tampoco se enajena de lo que le corresponde como pintura española. Como Velázquez, Goya o Dalí, Navarro sabe su lugar y lo utiliza para deslumbrar a quien lo note, se ofrece todo en la pintura y no necesitamos más información al respecto, sólo mirar.
Paulina Villasuso Villalobos










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